Domingo, 5 de Junio de 2011
Anda sonríe en un lance de la entrevista con DNA. (Jorge Muñoz)
Anda se ha erigido en portavoz de la Plataforma en Defensa del Hospital Santiago, centro que ya ha sufrido en otras dos ocasiones sendas "operaciones de acoso y derribo". El profesional aboga por mantener el centro como hospital general y potenciarlo, al igual que Txagorritxu.
VITORIA. A escasos meses para la jubilación, Chema Anda no ha tenido reparos para encabezar este movimiento contrario a los planes del consejero Bengoa. La reordenación hospitalaria proyectada para Gasteiz, que contempla la ampliación de Txagorritxu y la conversión de Santiago en un hospital para crónicos, constituye una estrategia para relegar a este último "a una posición de comparsa". Beligerante, aunque con un tono de voz suave y pausado, de aspecto bohemio, Anda recibe a DNA en el servicio de Otorrinolaringología de Santiago del que es responsable desde 1984. Viste pantalón claro, polo y chaqueta, gafas de pasta de vivos colores, y se le confunde con cualquier paciente en el trajín de los pasillos del centro. Nacido en Tetuán, es miembro activo de la Asociación del Pueblo Saharaui.
¿Qué le ha empujado a meterse ahora en esta 'pelea'? No es la primera, porque ya ha habido dos operaciones más de intento de acoso y derribo a este hospital, prácticamente siempre ligadas al PSE. Pretenden eliminarlo como estructura sanitaria de primer nivel y relegarlo a una posición de comparsa. Curiosamente, cuando la planificación para Bizkaia y Gipuzkoa consiste en incrementar sus recursos, aquí lo que se intenta es disminuir. No sé por qué existe esa intención de cargarse este hospital... Y, además, sin cumplir las leyes. Estamos en una época en la que, por lo menos, debería haber un cierto baño de democracia a la hora de tomar estas decisiones. Hay 50.000 firmas en contra de este proyecto. Es una decisión absolutamente autocrática, y eso es de otros tiempos felizmente pasados.
Sanidad insiste en que la reordenación va a servir para mejorar... (Interrumpe) Eso es una milonga.
Poco menos que el Hospital Santiago va a ser la nueva joya de la corona de Osakidetza. Es una gran mentira hablar de paciente crónico cuando todavía no se ha definido lo que es. A día de hoy, el 80% de los pacientes ingresados aquí son crónicos, y con este proyecto, la gente que ingresase en Santiago dejaría de tener una atención especializada de calidad. Conocemos todas las experiencias de hospitales de media y larga estancia y aquí no se va a hacer una revolución de las maravillas. No sé por qué el PSE y el PP le tienen ese odio, de siempre, a este hospital. Lo ven como un grano en el culo. No señor. Éste es un centro que lleva haciendo su trabajo con un rendimiento un 30% mayor que el resto de hospitales y con unas encuestas de satisfacción ciudadana equiparables a los mejores. Dicen también que así evitarán que la gente se mueva entre hospitales, pero es otra falacia. Porque las 8.000 personas que vienen cada día a Santiago tendrían que ir todas a Txagorritxu.
Aunque se ha desmentido ya en múltiples foros, ¿cree que alguno de los edificios de Santiago corre peligro? La idea de hacer especulación inmobiliaria con estos terrenos no se ha negado, incluso se ha afirmado en algún momento. Tirar Santiago es una estupidez, porque no lo pueden hacer. Si pudiesen lo harían, pero no pueden porque está catalogado. Pero con esta ala en la que estamos (el pabellón de la calle Paz), el parking o el ambulatorio pueden hacer lo que les dé la gana. No se puede tirar nada en pro de un beneficio mayor viendo, además, la brutal inversión que se ha hecho aquí. Deberían firmar ante notario que toda la manzana del hospital y del ambulatorio sólo va a tener un destino sanitario y no se van a destruir esas inversiones.
¿Qué mapa hospitalario propone? Mantener Santiago como hospital general, potenciarlo y recuperar la pediatría y también potenciar Txagorritxu. No estamos de acuerdo en disminuir ningún servicio. No hay razones técnicas para hacer lo que quieren hacer. Es un acuerdo de legislatura, la patata caliente la coge el PSE porque se la encarga el PP, y luego a vestir al santo. Es un dinero maldito el que se está utilizando para esta tontería que no se va a hacer.
En principio, se habló de hacer un tercer hospital para crónicos. Ésa fue una tontería del faraón de la Llanada. No puede ser que el pistoletazo de salida para la planificación sanitaria en Álava lo de un ignorante, como es Lazcoz. Jamás le perdonaré, salvo que pida perdón, que llegara a decir en un Pleno que Santiago estaba obsoleto. Jamás.
En cualquier caso, ¿Vitoria no necesita una estructura de este tipo? Me preocupa la situación en la que se quedaría el Hospital de Leza, que da un servicio fantástico a pacientes dificilísimos de manejar. Se podría recuperar el concierto con la Clínica Álava, adecuarla, y entre ésta y Leza podrían manejarse los pacientes crónicos y mejorar la asistencia.
Dicen también los responsables de Sanidad que Santiago no tiene capacidad para crecer. Eso sí que es una gran mentira. Una falsedad con premeditación y alevosía. Se ha demostrado que Santiago tiene espacio de sobra para aumentar sus recursos. De hecho, hubo obras para hacer más quirófanos y se han parado con este proyecto.
Un proyecto que, a pesar de todo, pronto echará a andar con la construcción del edificio de consultas externas de Txagorritxu. Se empieza con lo básico y necesario. A mí me parece fantástico que eche a andar. Pero también es verdad que, según se nos dice ahora, el hospital que querían hacer en Txagorritxu, no va a caber allí. ¿De dónde va a salir todo el dinero para solucionar eso?
Precisamente, la enorme inversión que requerirá el proyecto ha estado en el centro de la diana, por el contexto de crisis que coincide también con la implantación del Plan de Contención del Gasto en Osakidetza. Puede ser un drama absoluto, al margen de todo lo que tiene que ver con la financiación del hospital. Sobre todo, me da miedo que en su construcción y explotación entre capital privado y se den pelotazos inmobiliarios. Estamos dedicando demasiado tiempo a la discusión de esta bobada que no se va a hacer.
Insiste mucho en que no se va a hacer, ¿por qué está tan seguro? Porque tengo una convicción absoluta. El que haga esto, perderá su electorado en gran parte.
Las urnas han castigado a uno de los impulsores, pero al otro no tanto. El protagonista de esta historia es Osakidetza, el PSE, aunque el PP también tenga responsabilidad. Y se ha pegado un buen golpe, aunque no tenga que ver sólo con esto.
A la Plataforma en Defensa de Santiago se la está viendo mucho, ¿pero cree que les escuchan? No, esos no escuchan. Si no atienden a 50.000 firmas, ¿nos van a atender a nosotros, que somos unos pringaos? Son una apisonadora, y nosotros un granito al que pueden aplastar.
En el ámbito de la negociación sectorial también crecen los problemas. Es que Osakidetza no somos todos, aunque debería ser así. Lo último ha sido leer en el periódico que se han concedido tantos euros a los directivos en incentivos. Incentivos por objetivos que cumplimos los trabajadores. Esto es una cadena. A nosotros nos bajan el sueldo y a los directivos les dan premios. Así que nosotros por un lado y ellos por otro.
El malestar llega a los centros. Sí. La gente ve que no hay una planificación adecuada, que no se atienden a las necesidades reales y hay un descontento de base.
Por descontado, suspende la gestión de Bengoa. Es imposible que apruebe con ese cartelón de se vende que tiene Santiago en la puerta.
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