Son muchos los rumores negativos y mal intencionados que se suelen repartir en los ámbitos en los que emerge un foco sólido lleno de razones para luchar por algo en lo que cree. Lo mismo que cuando la zizaña cae en un campo fértil, volviendolo estéril.
Seguramente, y me consta, que muchos habreis oído que en este conflicto ya no hay nada que hacer, que está todo firmado y pactado, que van a salirse con la suya, etc.
Aquí no hay nada, ni pactado, ni firmado, ni ejecutado. Mientras este Hospital continúe abierto, tal y como lo conocemos, ni cerraran la Lavandería, ni la Cocina, ni nada de nada, NO PODRAN CERRAR ABOSLUTAMENTE NADA. Aquí no se puede dar nada por perdido, porque cada día que pasa la fuerza de esta plataforma de trabajadores y trabajadoras es más fuerte y sólida.
Al que se desinfle o desanime, yo le aconsejaría que repasaría este blog desde su comienzo hasta hoy, y que reflexionaría sobre todos estos momentos. No se ven más que momentos muy emotivos, llenos de ilusión, de ganas de luchar, de compañerismo y camaradería. Somos protagonistas de algo en lo que creemos. Nadie nos va a quitar ni eclipsar nuestro momento de protagonismo ni de gloria, sobre todo porque somos importantes. Y tal es nuestra importancia, que vamos a demostrar a la clase política, que hay algo más fuerte que su condición de poderosos, algo más fuerte que sus propias leyes irracionales y autoritarias.
Recuerdo lo que ayer mencionaba mi compañera de fatigas, "nosotros y nosotras estamos muy ilusionados con lo que estamos haciendo". Esta es la clave. Creemos en lo que hacemos, y no nos condiciona el resultado final. Lo más importante no es aprobar o suspender un exámen, sino el hecho de haberte presentado a el.
Quizá todo esto sea filosofar mucho (alguien pudiera pensar), pero es lo más fiel a la realidad.
Nosotros y nosotras ya nos hemos presentado a ese exámen. Pasará el tiempo y muchos podrán decir: "yo me presenté a ese exámen, y además lo aprobé".
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