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jueves, 24 de noviembre de 2011

Cuando las barbas de tu vecino...

Patxi Bezares, Delegado de LAB.

No es mi pretensión seguir la recomendación de este famoso refrán, ni mucho menos, ni tampoco la de faltar a nadie. Pero quizá si sería recomendable que las y los que todavía mantienen posturas inmovilistas, cómodas y apolíticas, como si nada pasara, pondrían a remojar sus barbas.
Parece que ya es una realidad el comienzo de la desmantelación de algunos servicios del Hospital de Santiago.
En concreto, servicios como el de Nefrología va a ser trasladado integramente al Hospital de Txagorritxu. También tienen previsto trasladar el Servicio de Urología y parte del Servicio de Cirugía General.
La Dirección del HUA no ha tenido ni la poca vergüenza de informar al Comité de Empresa de Santiago, ni a la Junta de Atención especializada de Araba.
La Plataforma en defensa de la Sanidad Pública y del Hospital Santiago lleva advirtiendo desde hace ya más de año y medio de estas maniobras y sus terribles consecuencias, no solo en el ámbito laboral, también en el ámbito de la calidad asistencial, y sobre todo para nuestra amenazada Sanidad Pública.
Como decía, durante año y medio hemos denunciado públicamente el proyecto HUA y sus consecuencias. Un proyecto nada transparente y con nula participación. Él tiempo nos está dando la razón, desgraciadamente.
Ahora, la pregunta es ésta: ¿que hacemos?
La respuesta es muy sencilla. Desde la Plataforma seguimos pensando que este proyecto lo vamos a parar. Perto también tenemos claro que no nos vamos a inmolar para conseguirlo. Por eso es fundamental e imprescindible el apoyo de todas y todos los trabajadores.
No vale decir constantemente: ¿que es lo que hacen los sindicatos y los políticos.?
¡Y tú que cojones haces! ¡Tú tienes lo que te mereces, y punto!
Ya no vale seguir quedándonos en nuestra casita con nuestras miserias, con nuestras individualidades, con nuestros míseros problemillas y con nuestra puta retórica. Ya no hay motivos para seguir excusando nuestra ausencia y seguir pidiendo a los demás que nos saquen las castañas del fuego, ni tampoco el decir que nada podemos hacer frente a los que tienen el poder. No se puede ser un borrego.
Aquí, las y los únicos que tienen el poder somos nosotras y nosotros, ni más ni menos.
Lo que tenemos en frente no son más que una cuadrilla de tecnócratas de pacotilla metidos a gestores y que juegan a ser mayores porque alguien les ha dado esa “gran responsabilidad” de gestionar nuestra sanidad al servicio de ese alguien.
A Gerentes, jefes, grupos de trabajo y jefecillos, y bajo la promesa de obtener réditos no les importa lo más minimo las consecuencias negativas que su juguete faraónico va a tener en el futuro laboral de muchos de los y las trabajadoras de Santiago, Txagorritxu y Leza, ni en el futuro de la calidad asistencial, ni en la propia sanidad pública.
Este es el modelo de sanidad que nos venden, pérdida de puestos de trabajo, pérdida en la calidad asistencial, centralización de los servicios, privatización, etc.
Algunos incluso van más allá y se empeñan en vender sus excelencias, como el nuevo Director de Osarean, que está enpeñado en meternos en nuestra casita y que no salgamos para nada, ni para ir a nuestro centro de salud y evitar que sigamos socializándonos y contándonos nuestros problemas y nuestras cosas como siempre lo hemos hecho en los bares, en las tiendas de nuestros barrios, en la calle y en nuestro centro de salud. Parece que él prefiere que ahoguemos nuestras penas en el diván del Psiquiatra, como en la sociedad norteamericana.
Estas son las excelencias de una sanidad diseñada para servir a los intereses futuros de unos pocos en detrimento de muchos.
Tenemos la obligación y la responsabilidad de defender, no solamente nuestros puestos de trabajo, sino también la calidad asistencial y el futuro de la Sanidad pública, que para eso en nuestra.
Todas y todos tendremos nuevamente que usar pañal por que nos cagaremos y nos mearemos, porque seremos personas dependientes. La diferencia entre estos tecnócratas de postal y nosotras/os es que los primeros podrán cagarse y mearse las veces que quieran porque podrán pagarselo con el dineral que hayan amasado a lo largo de su vida, producto de su conducta mercenaria al servicio de ese alguien, y nosotras/os tendremos que reciclar los pañales porque gracias a éstos mercenarios no podremos pagarnos la asistencia sanitaria, ya que, todo estará privatizado.
No seré yo uno de los que ponga sus barbas a remojar.
El que ahora no se mueve que tampoco se queje.

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