Patxi Bezares
Así podría empezar una buena historia plagiando, aunque así sea, al mismisimo Don Quijote de la Mancha.
Ojos perdidos en cuestiones fantasiosas, un inconfundible bigote que seguramente esconda alguna batalla de la infancia, complexión recia, seco de carnes, y enjuto de rostro.
En las cuestiones que con la historia tienen que ver, también existe una coincidencia. El uno luchaba contra los molinos de viento y contra enemigos imaginarios; el otro lucha contra pancartas y carteles, y también contra enemigos imaginarios que ensucian sus paredes y su bonito tanatorio al que tanto cariño tiene.
Las dos únicas diferencias entre los dos personajes son las siguientes:
1- El uno fué un personaje peculiar, con gran retórica y gran nivel de comunicación, además de ser sensible y de un carácter muy especial. El otro sin embargo, es todo lo contrario al hidalgo caballero de la triste figura; por esta circustancia, es difícil que en nuestros rostros, los musculos se esfuercen en moldear un atisbo de sonrisa cariñosa
2- Uno se llamaba Alonso Quijano; el otro se llama Jesus Muñoz.
Pues vas a tener razón....
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